domingo, 24 de mayo de 2009

Entrevista en Vertele


"Al final, nadie sabe cómo soy"

Conversamos con Patricia Conde, que mañana vuelve a 'SLQH...' como embajadora de la ONU
Patricia Conde se ha tomado unos días de descanso en 'SLQH...', el programa con el que hace algunas semanas cumplió 500 emisiones en la sobremesa de laSexta.

Unas vacaciones que no lo son tanto, pues ha aprovechado para viajar a Nueva York para recoger un premio como embajadora de la ONU. Antes de este parón, Vertele.com ha hablado con ella para hacer balance de sus tres años al frente de un programa que ha supuesto un antes y un después en su profesión.

La vallisoletana nos comenta la evolución de su personaje de mil caras que propicia que, 'al final, nadie sabe cómo soy', el eterno debate entre belleza y talento que, ahora, estudia cómo compaginar con otros proyectos, entre ellos el cine, aunque prefiere no desvelar nada por el momento.

'SLQH” cumplió hace algunas semanas 500 programas, ¿esperaba estar tanto tiempo en emisión?
No pensaba nada. Cuando me llamaron estaba haciendo una serie en Cuatro y me pareció buena idea, pero tampoco sabía qué iba a pasar, si lo iba a tener que compaginar las dos cosas y justo acabó la serie. Así que dije que sí pero sin ninguna intención de que fuéramos a durar tanto tiempo.
Y ahora, al ver cómo hemos crecido desde que empezamos en el plató de al lado, que era muy pequeñito, como una caja de zapatos en el que no cabía ni el público... Dos cámaras, una mesa de cartón y sin ninguna pretensión…

¿Y cuál es el balance de estos tres años?
Si te portas bien y haces tu trabajo, al final tienes una recompensa. Y encima con premios.

El programa ha supuesto un antes y un después para usted, que se ha convertido en una estrella...
¿Una estrella? Sigo siendo la misma, aunque más vieja. Empecé con 19 años y tengo ya 29. Simplemente evolucionas.

¿No se ha convertido entonces en una estrella fuera del plató?
No, no me gustan esas tonterías… Esto que hacemos es mentira. No deja de ser una ilusión que se crea en la mente del espectador. Hacemos el paripé: tu éres un guarro, tú eres un enano, tú estás loca y ya está. Al final es un trabajo más. Gracias a ese pensamiento no cambias.

Y ese punto de locura de su personaje, ¿también lo tiene usted?
Depende de la situación. En el programa puedo pasar de estar super enfadada a llorar, gritar, ser feliz, otros días pienso que mi mascota es un guardián… Sí es cierto que a veces que me sale el lado más gamberro, pero no llega a ser como el personaje del programa.

¿Cómo ha sido la evolución de ese personaje que interpreta?
Enseguida nos aburrimos del estereotipo de presentadora normal y dijimos: “¿Qué sabes hacer? ¡Pues vamos a probarlo! ¡Anda, funciona!”. Yo venía de hacer la serie “Lady caña”, en la que hacía muchos papeles: pija, maruja, catalana, andaluza, okupa con rastas muy cerda tipo “Torrente”… Decidimos mezclar todos esos personajes en uno y que cada día salga por peteneras. Que cada día haga una cosa y vuelva loco al espectador. Que nadie sepa al final de qué forma soy.

¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de estas 500 emisiones?
Lo mejor es que el equipo somos una familia. Estar aquí sentada en esta mesa y mirar enfrente y que esté Nacho, mi cámara, que sigue ahí después de tres años; mirar a la izquierda y que esté Ángel, siempre con cosas ingeniosas y ocurrentes; me gusta que me sigan sorprendiendo.

Le gustaría llegar hasta los mil programas, ¿no desgasta un diario?
A veces vamos a un ritmo muy rápido; empieza el programa y yo todavía estoy leyendo el “cue” por primera vez. Pero la rutina es así y nos ocurre a todos. Lo importante es hacer de ella algo bonito, con optimismo y decir: “¿A ver qué ocurre hoy?, ¿qué pondrán en el comedor de laSexta?”.

En “SLQH” han creado tres perfiles de chicas muy guapas…
No está reñido ser atractivo con ser un buen profesional. Aquí son muy inteligentes y dicen: “¿Para qué queremos un florero más si la tele está llena de floreros? ¿Por qué no cogemos a tres chicas inteligentes y que encima estén buenas?” Aunque parezca que ser guapas es lo más importante, no lo es tanto. Yo puedo defender mí físico unos años, pero luego lo que va a prevalecer es el talento. ¿Por qué no juntarlo entonces aunque la gente esté en contra? ¿Por qué una guapa no puede tener talento, porque estés esperando a que envejezca o esté gordita?

Supongo que pasarán muchas horas juntas al cabo del día...
Entramos las tres en maquillaje por la mañana y nos reímos viendo cómo nos vamos a maquillar cada una, qué peinado te vas a hacer y qué vestidos te vas a poner. Nos lo pasamos pipa. Venimos con recortes de fotos de revista de moda diciendo: “Ey, quiero este peinado”. Creamos un mundo superdivertido para la mujer, como lo es para Dani y Ángel el mundo Paquirrín, Vasile…

Ahora que lo nombra, ¿qué le ha parecido “Desmontando a Paquirrín”?
Bien. Me gusta que los chavales se distraigan y hagan cosas nuevas (risas).

¿Ha tenido oportunidad de conocerle?
Entró un día aquí, en una pausa del programa mientras yo repasaba el último bloque. Levanto la mirada y le veo en el plató y, como nadie me había dicho nada, digo: “¿Qué hace aquí?”. Y ya vino a saludarme y me daba la risa, pero entonces me di cuenta de que era eso lo que estaban tramando.

Volviendo a usted: ha hecho teatro, ¿tiene algún otro proyecto de teatro o cine?
Sí, estamos en ello estudiando proyectos para ver si podemos compaginar cosas.

¿Le llegan muchos entonces?
No voy a pecar de facinerosa (risas).

¿Ha aprendido de pasar de las críticas con el tiempo?
Yo, desde que era pequeñita, recuerdo que la del quinto criticaba a la del sexto, ¿por qué? Por envidia. Como era muy pequeñita y lo entendí, he ido creciendo con esa misma idea.

¿Cómo lleva lo de verse en las revistas?
Forma parte de esto.

¿Y cuándo le pillan con alguien?
Es que eso ya no es divertido, no forma parte del trabajo. Si mi vida es muy aburrida: tintorerías, supermercados, tiendas de ropa…

No hay comentarios:

Publicar un comentario